El profesor Luis Alfonso Castillo, quien forma parte la comunidad de aprendizaje de Río Grande, Zacatecas, comenzó a tejer la red de tutoría en su escuela al inicio del ciclo escolar. Cuenta que al principio le pareció difícil iniciar pues era la primera vez que organizaba una red de aprendizaje en tutoría. Pese a ello, el trabajo colaborativo de la comunidad de apoyo de maestros de Río Grande le permitió encontrar una estrategia pertinente para un inicio eficaz. Comenzó un primer tema para cuatro estudiantes, mientras el resto trabajaba en clases convencionales; después realizaron un intercambio con la comunidad del Porvenir, que trajo diversos temas a la comunidad de aprendizaje escolar.  Actualmente, circulan en la red escolar, alrededor de 21 temas. 

Luis Alfonso observa que sus alumnos obtuvieron importantes logros en este ciclo escolar a partir del trabajo en relación tutora. Narra que antes sus estudiantes no estaban acostumbrados a leer textos y les parecía aburrido. Pero, en poco tiempo, desarrollaron habilidades para leer y comprender textos cada vez más extensos y ahora se sienten satisfechos con sus avances. Otro de los logros notables que menciona Luis Alfonso, ocurre en las demostraciones públicas; al inicio, sus estudiantes mostraban temor al pararse frente a sus compañeros y ofrecían información parcial; buscaban la aprobación por parte del maestro para determinar si estaban en lo correcto o no. Actualmente, los estudiantes se “adueñan del pizarrón” y pueden elaborar las operaciones que realizaron para resolver un problema, argumentar y justificar en sus propias palabras lo que aprendieron. 

En la cultura escolar tradicional, el error es usualmente considerado como algo negativo que denota ineptitud, el cambio en la gramática cultural del error consiste en apropiarse del mismo como una herramienta para aprender. Luis Alfonso, nota que sus alumnos reconocen el error para identificar los aspectos que deben modificar o trabajar en su proceso de aprendizaje y lograr así, sus propios objetivos. Otro de los cambios profundos en la dinámica escolar que Luis Alfonso menciona es el respeto que muestran los estudiantes entre sí: “no hay indisciplina porque los estudiantes están metidos en el diálogo y el aprendizaje”. Así, para él, no hay tiempo para la indisciplina. 

Con respecto al apoyo que brinda el asesor externo que hace visitas periódicas a la comunidad, para fortalecer el trabajo de la comunidad de aprendizaje, Luis Alfonso narra que al principio sus estudiantes sólo investigaban en la computadora y no exploraban los materiales de la biblioteca escolar. Por lo que el asesor contribuyó en la rehabilitación de la práctica de buscar y conocer cómo está organizada la información en la biblioteca escolar, que además es de gran ayuda, por la falta de internet en la comunidad. 

Otro aspecto que menciona es la oportunidad de dar libertad a los estudiantes para elegir el lugar que desean para aprender y narra que ahora se ven estudiantes pueden estar en cualquier espacio; fuera del aula o tirados en el piso. Lo que contribuye a la construcción de un ambiente de libertad propicio para el aprendizaje. Para concluir, Luis Alfonso señala la importancia de contar con apoyos para realizar intercambios escolares, pues es una experiencia motivante para los estudiantes; en ellos se dan cuenta que “saben algo” que pueden compartir a los demás y aprender de sus iguales. En palabras del maestro: “Les da hambre de conocimiento”.