Del 5 al 7 de junio tuvo lugar en San Quintín, Baja California uno de los encuentros más representativos para la relación tutora. El esfuerzo articulado y comprometido de distintas autoridades educativas, docentes, estudiantes y padres de familia hizo posible realizar el festival de aprendizaje en favor de uno de los grupos más vulnerables de la población: los jornaleros agrícolas migrantes.

San Quintín se ubica en el municipio de Ensenada, en el Estado de Baja California, es una región situada a unos 300 kilómetros de distancia de la frontera con Estados Unidos y su principal base económica es la producción agrícola para exportación. Esta región agroexportadora ha experimentado un rápido crecimiento económico, fomentado por la industria hortícola y en pocos años se ha convertido en un referente de exportación y desarrollo tecnológico en los procesos productivos. Por otro lado, la mano de obra para las empresas transnacionales son miles de familias del sur y norte del país, especialmente trabajadores indígenas en extrema pobreza que al asentarse temporal o definitivamente en la región, constituyen  una de las regiones de mayor diversidad. El Estado mexicano ha participado débilmente en esta región y la falta de garantías para los jornaleros migrantes, provoca problemas que afectan a los trabajadores de esta región, tales como conflictos de orden laboral y residencial, discriminación étnica y violación de los derechos humanos.

Para el sistema educativo, garantizar el ejercicio del derecho a la educación de este sector de la población, considerada la más vulnerable por sus tasas de deserción y rezago, aún implica un gran desafío. En San Quintín, docentes que adquirieron recientemente una plaza gracias a la gestión y esfuerzo local, atienden simultáneamente a alumnos de preescolar, primaria y secundaria, agrupados en aulas de hasta 40 estudiantes, y que frecuentemente no tienen la posibilidad de cubrir la estadía completa de un ciclo escolar a causa de la movilidad de sus familias o la necesidad de integrarse a la vida laboral.

En este contexto se desarrolló el festival de aprendizaje en relación tutora que coordina Manuel Antonio Ávila Carrasco, actual Director de Evaluación y Tecnología Educativa en el Sistema Educativo de Baja California, un profesor apasionado y comprometido con la transformación de la educación que conoció la relación tutora en el contexto del Programa Emergente para la Mejora del Logro Educativo (PEMLE); y desde esa experiencia la ha impulsado a través de distintos proyectos y programas por los que ha transitado. El festival de aprendizaje aportó a dos propósitos fundamentales: sumar a 60 estudiantes de seis telesecundarias de la región a la comunidad de aprendizaje en relación tutora que se inició meses atrás y continuar los procesos de tutoría con maestros de jornaleros agrícolas migrantes, maestros de telesecundarias y CECYTE Misiones.

El encuentro evidencia el compromiso de personas a quienes cambió y continúa evolucionando la experiencia de aprender y ayudar a otros a aprender en relación tutora.

Zoila Yanira León Romano, Jefa del Nivel de Educación Preescolar en el municipio de Mexicali, ha sido fundamental para integrar el equipo de promotores de la tutoría en Baja California. Yanira León, también conoció la tutoría desde el PEMLE y expresa que su primera experiencia al aprender en relación tutora de la mano de Luis Gerardo Cisneros, le impactó profundamente y rompió los esquemas tradicionales desde los que concebía la educación; destaca que le convenció la paciencia y orientación que le dio su tutor para generar aprendizajes propios. Y así, convencida del cambio que provoca la relación tutora, se motivó para compartirla con sus hijos y desde entonces, – expresa, “se ha vuelto una forma de vida”. Desde la jefatura del nivel de educación preescolar, ella y sus colaboradoras han trabajado por largas jornadas en la creación de temas de tutoría que transmitieron a maestras de jornaleros migrantes.

Griselda Robles Ruvalcaba, Supervisora de la Zona 8 de Secundarias Generales en Mexicali, forma parte del equipo que promueve la relación tutora en el Estado y se suma a la experiencia de compartir aprendizajes con los maestros de jornaleros agrícolas migrantes. Ella nos cuenta que desde hace dos años se ha dedicado a generar condiciones en su zona para que se geste la semilla de la tutoría en sus escuelas; expresa que ya son dos años dedicados a la sensibilización de maestros para que identifiquen el cambio que produce la relación tutora;  enfatiza que no ha sido fácil, pues nota la renuencia de maestros dada por la saturación de actividades que el propio sistema y las autoridades les imponen. Cuenta que desde la primera reunión, a la que convocaron a once directivos de escuelas, sólo tres aceptaron la propuesta de la relación tutora. Actualmente, seis escuelas de la zona cuentan con estudiantes tutores. Griselda expresa que se siente motivada al ver la seguridad que demuestran los alumnos que participan como tutores y observar en ellos el valor que le dan a lo que aprenden al enseñar a otros. Se sienten reconocidos y valorados pues son ellos quienes apoyan para tutorar a maestros y otros estudiantes que desean conocer la relación tutora.

Luz de Abril Mejía Domínguez es parte del grupo de estudiantes tutores de la secundaria 7 que asistieron al festival en San Quintín, y señala: “al tutorar a maestros, al principio me sentía nerviosa pero al momento de que comparten distintas opciones de aprendizaje de un mismo tema, se unen las ideas y gracias a eso ambos aprendemos… además considero que es importante porque se está enfrentando un miedo que se tiene y en el futuro es algo con lo que ya se puede lidiar”. Concluye que quiere ser maestra y que enfrentar el miedo a hablar frente a los estudiantes es un reto que cuando niña le parecía imposible superar, pero que ahora que le ha tocado tutorar hasta tres personas al mismo tiempo, dice: “es pan comido”.

Las madres de los estudiantes también participaron como tutoras en el festival. Briseida Quintero es madre de familia y reconoce que al principio se le hacía imposible que su hija de segundo de secundaria “les enseñara” a maestros de otras escuelas y a estudiantes de la UABC. Por su hija tutora y la curiosidad que sentía, conoció una forma distinta de aprender y ahora forma parte de la comunidad de aprendizaje de BC. Al hablar de su experiencia de aprendizaje, confiesa que al principio creía que sabía sobre los temas que estudiaba pero durante el proceso que vivió se dio cuenta que “le hacía falta mucho por aprender”. Se muestra sonriente y se expresa contenta por salir a diferentes lugares a compartir, junto con su hija, lo que han aprendido en relación tutora.

En este festival también participan estudiantes de la Facultad de Pedagogía e Innovación Educativa (FPIE) de la Universidad Autónoma de Baja California, y han constituido un equipo fundamental para compartir la experiencia de tutoría. La maestra de la FPIE Reyna Isabel Roa Rivera, cuenta que el “Nodo de Tutores de la UABC”, como le llaman al equipo de la facultad, logró concretarse gracias al compromiso y la gestión de los promotores de la tutoría en el Estado; pero además, por la flexibilidad curricular y el enfoque formativo integral que promueve la universidad que les permitió sumar la relación tutora a las acciones de servicio social comunitario, servicio social profesional, proyectos de vinculación entre otros procesos; por lo que estas oportunidades y espacios dentro de la norma universitaria han significado grandes aciertos para convocar año con año a estudiantes que desean ser tutores para apoyar escuelas en situación de vulnerabilidad como la Secundaria 7 del poblado de Algodones.

Cesar Alfredo Pereira Puente, estudiante de la FPIE, expresa que participar como tutor le parece una experiencia gratificante y cuenta: “Al principio me dio un poco de miedo tutorar a un supervisor, pues pensaba que iba a ser difícil enseñar algo a una persona de mayor edad y quien tiene un cargo importante y lo sabe todo… Al final, [el supervisor] me felicitó por mi manera de abordar los temas y la manera en que.. si se le atoraba algo, no le daba respuestas, simplemente le daba pistas o acercamientos sobre aquello que le faltaba”.

Luego de dos días, el festival de aprendizajes en San Quintín, en un ambiente de libertad y confianza, concluyó con emotivas demostraciones públicas de aprendizajes. Ana Karina Gutiérrez López, maestra del campamento migrante de Las Brisas, reconoció que su tutora le había dado la confianza para compartir sus dificultades pero también, reflexionó sobre la importancia de confiar en los estudiantes para que aprendan y compartan a otros lo que saben. Se dio cuenta de la ventaja pedagógica que implica confiar en que todos pueden compartir aquello que han aprendido y dijo: “puede funcionar en las aulas multigrado de migrantes”.

En las distintas demostraciones que se vivieron en durante el festival, maestros de campamentos migrantes, CECYTE y telesecundarias de la región expresaron que la tutoría les aporta en el dominio de los temas del currículo, les permite mejorar la relación entre estudiantes y maestros y desarrollar autonomía para aprender.

En prospectiva, Manuel Ávila anuncia que preparan un proyecto de atención a maestros y estudiantes jornaleros migrantes que quieran implementar la relación tutora en sus escuelas; y afirma con entusiasmo que con convicción y voluntad, la comunidad de aprendizaje de Baja California se fortalece y crece en cada tutoría.

Rubén Méndez Espinosa

La Comunidad de Aprendizaje de Baja California
Desde la jefatura del nivel de educación preescolar en Mexicali, Yanira León Romano y sus colaboradoras han trabajado por largas jornadas en la creación de temas de tutoría que ahora se impulsan en varios preescolares de la entidad.