Juan Pedro Rosete Valencia

La diseminación de la nueva enfermedad llamada COVID-19 por todo el mundo, nos ha dado lecciones de diferente índole. Ante una situación poco común en la que estamos obligados a estar confinados en nuestros hogares –los que por el momento podemos hacerlo—ha logrado sacar a flote nuestros miedos internos, nuestros peores o nuestros mejores Yos, nuestras reacciones positivas o negativas, al final humanas y de cierto modo tomar posición respecto de los manejadores del mundo, ya sean los que lo hacen desde las instituciones gubernamentales o los que a trasmano manejan los hilos de la economía mundial y local. Pero, los que nos dedicamos a la educación,  ¿Cómo aprovechamos positivamente esta inusual forma de vivir? ¿Qué es realmente lo posible de llevar a cabo en un sistema educativo que, por la falta de experiencia de sucesos como éste y por su atraso de muchos años en la innovación educativa plantea, como salida principal reproducir el esquema escolar dentro de los hogares?

Una breve pero significativa y concreta experiencia me ayuda a reflexionar en torno a lo asequible en situaciones como estas, dadas las circunstancias en las que se encuentra actualmente nuestro mundo que, sin que seamos totalmente conscientes de ello lo llevamos a una transformación, política, económica y social, pero sobre todo ambiental, en la que los principales afectados –paradójicamente—seremos los que llevamos a este nivel de degradación, con o sin querer, a nuestro verdeazulado planeta.

Las condiciones para que los estudiantes aprendan a “distancia”, se presentan tal y como lo es la heterogeneidad de nuestro país, de hecho salen a flote las marcadas desigualdades que imperan en nuestro mundo cercano. Basta un ejemplo concreto: Lupe, una niña de tercer grado de primaria de la Ignacio Zaragoza en el Municipio de Izúcar de Matamoros, tiene como tutora a su hermana mayor que no le lleva más que 3 años de diferencia en edad. Sólo cuentan con un celular con el que pueden enviar  y recibir llamadas –cuando tienen para el saldo— pero que no es lo suficientemente sofisticado para descargar las planeaciones y los archivos anexos con documentos que el maestro les manda para realizar las actividades semanales y sería utópico pensar en imprimirlas como lo indica el profesor. Muchas Guadalupe podrían estar en estas condiciones. 

Entonces pienso que, una manera de aprovechar el tiempo con calidad y que se podría considerar como una inversión a corto plazo es la Profesionalización de los maestros desde la práctica que realizan para que, con base en ello sean los diseñadores de su propia tarea educativa y gradualmente dejen de depender de lo que esperan les manden del centro. Hacer esto, les permitiría –como primer paso hacia una transformación más de fondo—realizar sus adecuaciones curriculares ad hoc a las necesidades particulares de sus estudiantes tomando en cuenta los contextos específicos locales. Acciones como elaborar temas propios y de interés local o de producción, sea agrícola, industrial o ganadera o por qué no de cuidado y preservación del medio ambiente permitiría generar identidad y mayor interés por el estudio de los mismos desde luego sin dejar de lado los saberes universales y las habilidades básicas para continuar aprendiendo; armar a los estudiantes, en los momentos presenciales con las suficientes herramientas que les permitan aprender por cuenta propia más allá del tema de estudio de una disciplina.

Partiendo del hecho de que nadie puede compartir con otro lo que no conoce, entonces, promover la formación de los maestros en la tarea educativa que desarrollarán dentro de las aulas sería fundamental, equivaldría a la concreción de los múltiples cursos de capacitación que reciben de manera anual y que a decir verdad y en palabras de los mismos maestros, la mayoría de las veces no aterrizan en las aulas y, las que lo hacen llegan deformadas o no tienen el impacto esperado. Y ¿cómo se puede lograr la formación de los maestros a distancia con los medios que se tiene al alcance? Trataré de dar respuesta con un par ejercicios concretos. No digo haber encontrado el hilo negro, sino que comparto lo que me sirve de argumento para mi propia reflexión. 

Después de un proceso de formación presencial de una semana, un equipo del estado de Querétaro conformado por aproximadamente 20 maestros, entre, docentes frente a grupo, Apoyos técnico pedagógicos, Supervisores, Jefes de sector y Directores de escuela se fueron con la encomienda de avanzar en su formación, trabajando ahora con algún maestro cercano a su región o zona, o con cualquier otro ser humano con quien pudiera practicar lo aprendido. 

La maestra Flor y la maestra Verónica, Directora de escuela y Apoyo técnico pedagógico de telesecundarias, ambas participantes del primer taller, se animaron a darse tutoría. Se contactaron y a distancia comenzaron con un proceso de estudio del cuento “El eclipse” de Augusto Monterroso. Hace unas semanas, después de una videoconferencia en la que participaron los integrantes de este equipo que recibió el taller inicial coordinados por las promotoras y gestoras de estos procesos formativos, me invitaron a ser partícipe del cierre del proceso de la tutoría a distancia. Al principio, sin planearlo, no teníamos presente el rol que yo jugaría, les propuse que me dieran oportunidad de fungir como observador, registrar lo aprendido y en una futura reunión dialogar sobre ello. 

Ellas aceptaron y comenzamos. Flor como tutora retomó los aspectos del cuento que ya habían trabajado anteriormente, empezaron con algunos aspectos de este tipo de narración. Recuperó para el ejemplo concreto, un fragmento del diálogo que sostuvieron.

[…]
Verónica: Entonces por eso yo ponía que el clímax es donde dice…es que según yo el clímax en donde, lo matan, lo, lo sacrifican
Flor: Ajá
Vero: Y el inicio es donde Bartolomé se pierde entre la selva, va caminando y se pierde entre la selva, inicia el cuento así, así yo le entendí.
Flor. Ok, ya escribió usted entonces su inicio y su clímax?
Vero: sí
Flor: correcto, entonces ahorita retomemos, ¿Qué estructura tenemos hasta el momento de este cuento?
[Silencio..]
Flor: ¿Tenemos título?
Vero: Si,
Vero: El Eclipse
Flor: Si, aja, ¿qué otra característica tenemos?
[Lapso de silencio…]
Vero: Ah! ya. ¡Sí es cierto, tiene razón!, que un cuento tiene un inicio,
Flor: Ajá
Vero: Un desarrollo
Flor: Sí
Vero: y un desenlace
Flor: Ok, y Ahorita estaríamos sumando el clímax que ya identificó, por ahí ya habíamos comentado también de otra característica, haber cheque sus notas, donde identificamos quienes participan.
[Verónica busca en sus papeles..]
Vero: participan según yo, Bartolomé y los..y los…indígenas que lo matan.
Flor: Así es, y cómo, cómo les llamaríamos a ellos, dentro de la historia?
Vero: ¿El protagonista y el antagonista?
Flor: De manera general ¿cómo serían?
Vero:¿Personajes?
Flor: Correcto, entonces ya estaríamos sumando otra característica en los cuentos
Vero: Si
Flor: la puede usted anotar, este.. y mencionarlos
[Silencio. Vero escribe en su lap]
Vero: Estoy escribiendo eh! […]

Al concluir el diálogo Flor acordó con Verónica la escritura de su registro de proceso de aprendizaje. 

En este fragmento de tutoría, tutora y tutorada dialogan sobre las características y estructura del cuento “El eclipse” de Augusto Monterroso. Al inicio del diálogo retoman un aspecto que ya habían abordado en la última sesión de trabajo: el clímax, el cual Verónica lo identifica dentro del cuento en el momento en que asesinan a Fray Bartolomé, identifica también el inicio como el momento en el que el religioso se pierde en la selva. Las primeras respuestas de Flor son un “Aja”, de asentimiento después un “ok” para dar paso a preguntar a Verónica, si esas partes ya las había escrito. 

Flor pide a Verónica que hagan un recuento de la estructura del cuento que hasta el momento han visto. Hay un silencio prolongado y Flor sale a flote con una pregunta que ayuda a Verónica a recordar: ¿Tenemos título?, responde que el Eclipse y es aquí donde Flor asiente al mismo tiempo que pregunta sobre “otra característica”. Esto es muy importante puesto que están hablando de estructura. Sin embargo, la pregunta no impide que Verónica caiga en cuenta que lo que han analizado hasta el momento tiene que ver con la estructura del cuento, de hecho, enuncia lo siguiente: inicio, desarrollo y un desenlace, Flor asiente, comenta que sumarían el clímax y una vez más retoma que ya habían comentado de otra característica y le pide a Verónica que revise en lo que ha escrito en la parte en la que identificaban quienes participan en el cuento.

Verónica identifica como participantes del cuento a Bartolomé y a los indígenas que lo matan, Flor retoma estos hallazgos para llevar a Verónica –a partir de preguntas— a caer en cuenta de que se trata de los personajes. Y una vez más vuelve a repetir que suman otra característica en los cuentos.

Las interacciones entre Flor y Verónica están basadas en preguntas que permiten que Verónica vaya cayendo en cuenta sobre lo que Flor va proponiendo.  

En el diálogo es posible observar cómo se maneja de manera indistinta la estructura y características del cuento, pero además se asocian los personajes a una de ellas. 

En una sesión posterior tuve oportunidad de retomar estos aspectos con  la maestra Flor. A manera de diálogo, siguiendo el desarrollo de la tutoría reflexionamos juntos respecto a su práctica, tomando como base el registro que aquí se ha mostrado. De hecho una cosa interesante fue que al leer la transcripción del fragmento ella misma fue dándose cuenta de lo que sucedió.

Otro aspecto que podemos observar desde el fragmento de la tutoría descrita, es que a pesar de que se lleva a cabo desde una plataforma digital, en este caso Meet, es muy similar a una presencial, salvo por algunos espacios de retardo del audio, o de no tener a la vista lo que la estudiante está escribiendo y por lo tanto deba confiarse, de  momentánea y plenamente en su palabra lo cual será posible dialogar más adelante, en el momento en que se compartan sus respectivos registros, Verónica el de proceso y Flor el de tutoría. El compromiso con Flor fue retomar el tema para precisar la estructura, las características y los elementos del cuento. El desafío se antoja bueno.

Otra experiencia realmente gratificante que combina, pasión por el trabajo, interés genuino y el uso de las tecnologías de la información es el que promueve el maestro Luis Alfonso del estado de Zacatecas. Como lo he dicho en otras ocasiones, el empuje que tiene el maestro Luis y su dinamismo por seguirse formando en la tutoría demuestra su convencimiento. 

Con Luis Alfonso iniciamos, el estudio del texto en inglés “Could the earth be controlled by robots?” en Río Grande y lo quiso continuar a distancia. De hecho el trabajo que desarrollamos vía Skype fue afinar su registro de proceso de aprendizaje. Para ello, dadas las dificultades para podernos conectar por alguna plataforma decidimos hacernos una llamada normal por celular y subir el registro de proceso a un archivo en drive para desde ahí poder ir dialogando al mismo tiempo desde lo que ambos podíamos observar y manipular. Luis escribe con claridad y de manera concisa. 


Registro de Proceso de Aprendizaje

Tutorado: Luis Alfonso Castillo

Tutor: Juan Pedro Rosete

“Cuando inicie a trabajar se me ofertaron algunos temas de los cuales se me hizo interesante el de, ¿Could the Earth Be Controlled by Robots? Four generations of robots, se me hizo interesante en un primer momento porque hablaba de robot y de cómo era su evolución a través de los años, esto fue lo primero que alcance a identificar a partir del título. 

Posteriormente se me dio un texto en el que hablaba de cuatro generaciones de robots y como en la primera generación solo eran capaces de realizar algunas actividades y como conforme avanzaban las generaciones estas capacidades y/o habilidades se iban desarrollando esto fue lo alcancé a entender cuando leí el texto por primera vez. 

Una vez leído mi tutor se acercó para dialogar línea por línea la lectura, se creó un diálogo mediante el cual se iba dando la pauta para ir entendiendo el texto, algunas palabras no las sabias y con la ayuda de mi tutor fuimos sacando el significado por contexto es decir leíamos lo que decía enseguida para asociar dicho significado, esto me ayudó a entender y clarificar algunas palabras. 

Fue así como puede entender que para Morevac había realizado su primer robots a la edad de 10 años y que él pensaba que algún día los robots controlarían la tierra, es por eso que realizó una clasificación de robots por generaciones en donde sus habilidades y capacidades aumentaban. 

Llegue a la conclusión de que Moravec tenía razón y si en algún momento los robots van a dominar el mundo y no en un sentido que eliminen a los humanos, pero sí que lo sustituyan en la mayoría de las actividades que se realizan cotidianamente. 

 Algunas de las dificultades que tuve al momento de trabajar fueron:

– Querer conceptualizar todas las palabras sin darles un sentido 

– Identificar los tiempos en lo que hablaba el texto.

Lo que pude identificar es que el analizar entre pares permite potencializar el razonamiento y entendimiento de algo, un diálogo permite entender desde diferentes puntos de vista algo. 

Este breve escrito nos sirvió para analizar diferentes cosas usando el diálogo tutor como medio para lograrlo. Una estrategia que funcionó fue pedirle que leyera, que escuchara para sí mismo lo que había escrito, después decirle lo que yo entendía con eso que había escrito y si eso era lo que realmente quería comunicar. Retomo un ejemplo concreto de lo dicho:

En el fragmento del registro de Luis dice: […]“Fue así como puede entender que para Morevac había realizado su primer robots a la edad de 10 años y que él pensaba que algún día los robots controlarían la tierra…” […]

Al momento de leerlo, inmediatamente localiza que las palabras puede y robots no coinciden con su redacción. Resaltó estas palabras en el drive para tenerlas presentes para más adelante cuando realice su siguiente versión de registro. Es obvio que en este caso las dos palabras fueron mal escritas no por desconocimiento sino por error de dedo como decimos comúnmente. Nos detuvimos a analizar la frase “Fue así como puede entender que para Morevac había realizado su primer Robots a la edad de…”  Reflexionar sobre el sentido que tiene en la oración la palabra “para” antes del nombre y el verbo “había” después del mismo nos ayudó a clarificar que la oración se refiere a que Moravec había realizado su primer Robot a la edad de 10 años, es decir bastó quitar la palabra “para” y la oración fluyó sin contratiempos.

Hubo otros elementos que trabajamos, bajo la misma lógica,  como el tiempo verbal en el que se realiza el escrito, el cual coincidimos en que se entiende bien en pasado, o la persona de la que se habla, en este caso Luis lo hacía de manera impersonal “Cuando inicie a trabajar se me ofertaron algunos temas…”, “Posteriormente se me dio un texto en el que hablaba de…” . Coincidimos en que personalizar quien realiza las acciones ayuda a clarificar más la redacción. Otro aspecto que dialogamos fue el de la generalización de lo realizado versus la descripción de hechos concretos, por ejemplo: “se iba dando la pauta para ir entendiendo el texto, algunas palabras no las sabias y con la ayuda de mi tutor fuimos sacando el significado por contexto es decir leíamos lo que decía enseguida para asociar dicho significado”. Acordamos retomar ejemplos concretos que dieran mayores elementos a lo que se dice de manera general partiendo de los cuestionamientos ¿de qué modo o modos se daba la pauta para entender el texto?, ¿Cuáles son las palabras que no sabía y cuál fue la estrategia que uso el tutor o el mismo estudiante para conocerlas? ¿Cómo se sacan los significados por contexto?.

En una nueva sesión Luis Alfonso hizo su pre-demostración de manera brillante dividiendo su exposición en dos partes una en la que resalta el proceso que vivió para lograr leer el texto en inglés con ejemplos concretos y otra en la que habla sobre lo que le deja de aprendizaje el texto de los Robots del que dice estar de acuerdo con el autor del texto en que los Robots dominarán el mundo pero no al grado de dejar de lado a los humanos sino de realizar la mayoría de las actividades que en la actualidad son realizadas por las personas. Un dato interesante es que en la explicación de Luis –y esto sucedió desde la tutoría—hace asociaciones de manera inmediata con lo que conoce y tiene a su alcance, por ejemplo cuando se habla de la primera generación de robots “will have the intelligence of a reptile and will only be able to do manual chores as handle objects…” lo asocia inmediatamente con los brazos robóticos que usan en la industria automotriz. Conforme avanza en la lectura de las generaciones hace una importante reflexión, tipo deconstrucción del texto, referente al incremento de nivel de inteligencia en relación al animal al que hace referencia el autor del texto: Primera generación: “intelligence of a reptile”, Segunda generación:“the brain power of lower mammals”, Tercera generación: “They will be as smart as a monkey”. Esto le permitió también darse cuenta de que dependiendo del animal que se mencionara en la generación era el nivel de inteligencia que este posee y que el autor los colocó de un modo creciente del menor al mayor o dicho de otro modo del menos al más inteligente, según este.  

Como podemos ver, en los ejemplos anteriores hay una pequeña muestra de lo potente que puede ser una relación tutora a distancia si necesidad, en el caso del segundo ejemplo, de una súper-plataforma para establecer el diálogo como eje fundamental de la tutoría. Pero, ¿qué es lo que realmente potencia las interacciones y las lleva a un nivel en el que el diálogo permite ir descubriendo y redescubriendo cosas?, ¿Qué es lo que nos lleva a sorprendernos como tutores y seguir aprendiendo aun cuando se ha tutorado el tema infinidad de veces independientemente del tipo de tecnología para establecer la comunicación?

Puedo enunciar algunas que pasaron en estas experiencias: 

  1. Escuchar con atención al otro preguntándose a uno mismo porqué dice lo que dice, entender si su lógica está basada en lo que dicen los textos, en lo que piensa, en su formación o en lo que ha escuchado en otros lados y con base en ello hacer las preguntas de apoyo.
  2. Ofrecer con honestidad el tema, es decir reconociendo el grado de dominio que uno tiene de éste y considerando el conocimiento que el estudiante posee sobre él. 
  3. Estar preparados para entender cosas nuevas como la deconstrucción de Luis que, personalmente, no lo había trabajado con alguien más al tutorar este texto, esto implica reconocernos como aprendices de toda la vida.
  4. Plantear y hacer efectivo que el error en la tutoría es aprendizaje puro, porque nos permite regresar el camino andado y revisar los desatinados pasos que hayamos dado, pero sobre todo volverlos a andar con una mirada diferente más reflexiva, más consciente.
  5. Tener presente que la tecnología jamás suplirá las relaciones interpersonales, pero ayuda a acercar a las personas, el modo en cómo sea la interacción no depende de la tecnología sino del ánimo y gusto por aprender de los dialogantes. 
  6. El interés genuino de estar dispuesto a aprender y avanzar como Luis, Flor o Verónica lo hacen, permite allanar algunos de los obstáculos más grandes con los que en ocasiones nos topamos: la apatía y el escepticismo.
  7. Pensar en la satisfacción y gozo del estudiante por encima de nuestros propios egos, esto ayuda a no centrarse en lo que yo tutor estoy esperando lograr sino en lo que el estudiante está haciendo para aprender.

Poder acompañar a los maestros a sostener reflexiones con elementos concretos de sus propias prácticas ayudaría pues, a profesionalizarlas.