El 18 de febrero se realizó el Encuentro de Experiencias del Proyecto de Comunidades de Aprendizaje Intergeneracionales en Tepic, Nayarit; el proyecto opera en cuatro comunidades nayaritas y promueve la integración de toda la población a fin de generar una cultura de aprendizaje, a través del diálogo, que trascienda en una mejor calidad de vida. Las acciones se articulan en conjunto entre profesores de los niveles de Primaria y Telesecundaria, con el apoyo de diez jóvenes universitarios de Pescadero que vivieron la experiencia de aprender en comunidades de aprendizaje.
Al evento acudió el Secretario de Educación de Nayarit, Arturo Robles, quien contó los orígenes clandestinos de las comunidades de aprendizaje de Telesecundaria en Nayarit y expresó que son un orgullo para la Secretaría y el Gobierno del Estado. Acudieron también el director de Redes de Tutoría, Edmundo Salas, el Dr. Gabriel Cámara fundador de la relación tutora y Patricia Hoyos, representante de la Fundación SURA, organización que apoya el proyecto.
La suma de esfuerzos, en palabras de la Directora de Innovación Educativa en Nayarit Dalila López, prueba la hipótesis que al aprender en colaboración y diálogo se logran revertir factores que afectan a la educación como: la escolaridad de los padres, la falta de hábitos lectores, entre otros.
En el foro, los estudiantes universitarios de Pescadero se presentaron y contaron la experiencia de aprender en comunidades de aprendizaje; pidieron que el maestro Hernán pasara al frente y le expresaron su agradecimiento por el apoyo que les ha brindado siempre. Emocionado, el maestro Hernán expresó cómo le cambió la vida la tutoría, al convertirse en un profesor que se permitió conocer a fondo a sus estudiantes. Menciona que la relación cercana que provoca el aprender en diálogo le permitió ver a sus estudiantes “como sus propios hijos” y afirma que la tutoría más que un modelo educativo es una forma de vivir.
El proyecto implica que los estudiantes universitarios se distribuyan en las comunidades de Cuarenteño, Tepeltitic, Miravalles y Pescadero. Los jóvenes manifiestan que poco a poco ganan la confianza de los estudiantes, con quienes comparten la experiencia de aprender en tutoría y están convencidos que les cambiará la vida como a ellos. Arnulfo Ponce, quien ahora es estudiante de la Normal Superior de Nayarit expresa que encontró su vocación gracias al maestro Hernán, lo expresa:
“El maestro Hernán nos enseñó con amor, por eso es que aprendimos lo que aprendimos, porque él le tuvo amor a su carrera. Es lo que queremos, que los maestros le tengan amor a su carrera porque de eso dependen muchas vidas… para transformarlas, como transformaron a la mía”.
Arnulfo tuvo la fortuna de contar con un maestro que “le enseñó con amor” y eso fue trascendental en su vida, tanto que por ello ahora quiere ser maestro. En palabras del Dr. Gabriel Cámara, la fuerza de la tutoría se contagia naturalmente y ahora, con el proyecto que apoya SURA, los estudiantes encontraron un pequeño nicho donde contagiar a otros el amor por compartir sus aprendizajes. En contraste con la enseñanza que ofrece la Normal, Marina Ulloa normalista y exalumna de Pescadero, cuenta que en la escuela no les enseñan a dar clases y sólo hacen trabajos de observación docente que son poco útiles. Por lo que ella está motivada para continuar con el trabajo de comunidades de aprendizaje, pues considera que así es como se debe de aprender y enseñar.
Participar en las comunidades como tutores de otros, enfrenta a los jóvenes a nuevos desafíos. Paulina comparte que los estudiantes no están acostumbrados a investigar por lo que los motiva con métodos poco convencionales: hace apuestas con ellos y busca todos los modos posibles para que trabajen. En el fondo, ella busca la manera de entenderse con ellos y motivarlos. Génesis, su hermana y compañera, expresa cómo los estudiantes se motivan al ver que ellas son un ejemplo que pueden seguir, quieren ser como ellas y en algún momento ser tutores de otros, así como estudiar la misma carrera que ellas eligieron.
En mi fugaz visita a la comunidad de Pescadero, entrevisté a un par de estudiantes con quienes trabajan Dulce y Moisés; comentan que valoran aprender en tutoría y que les gusta trabajar así porque los tutores les explican detalladamente las cosas que no entienden; además, saben que lo que aprenden les será útil para después. Se muestran entusiasmados al saber que pronto podrán ser tutores de otros compañeros.
El proyecto representa, para todos, una oportunidad de seguir adelante y estudiar. El riesgo de abandono escolar es latente en cada uno de ellos por falta de recursos y enfrentar duras situaciones de vida. Dulce y Moisés, quienes estudiaban en la Universidad de Tepic no pudieron continuar por falta de recursos. Arnulfo aunque es pescador, sabe que la pesca sólo dura un par de meses y el resto del año se las debe arreglar como puede; trabaja como albañil en las horas que le quedan pues debe ayudar a su madre económicamente. Por lo que el proyecto es una pequeña pero valiosa oportunidad para todos ellos. Y digo que es pequeña por la retribución económica que reciben, en comparación con lo mucho que hacen, si se piensa que representan una generación de estudiantes que aprendió con amor y ahora busca, del mismo modo, transmitir la práctica de aprender y enseñar, recurso tan escaso en estos tiempos.