Pedro Flores Crespo, académico y columnista de Educación Futura, escribe un artículo a partir de su participación en el Seminario Internacional de Tutoría para hablar de lo que deben considerar los candidatos e investigadores en materia de educación.
Fragmento.
De hecho, el 14 y 15 de marzo el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el BID organizaron un seminario para analizar las potencialidades de la tutoría horizontal y de las comunidades de aprendizaje como una respuesta “integral” a un problema “estructural” del sistema educativo de México. ¿Y cuál es ese problema? La desigual distribución de la calidad educativa de México.
En mi participación, señalé que la primera lección para pensar en escalar una innovación o “experiencia disruptiva” micro a la política educativa nacional (es decir, a lo macro) es que en verdad pruebe ser efectiva. Para ello, los investigadores educativos tendremos que adentrarnos en el tema de la evaluación de impacto, cuestión que es metodológicamente poco común en nuestro país y que ojalá el Comie retome en sus foros.
Segundo, sugerí que también es necesaria la apertura de la clase gobernante para reconocer que las personas organizamos nuestra vida escolar de manera muy distinta a como algunos teóricos y burócratas piensan. La necesidad de visualizar a los seres humanos en una perspectiva más amplia que la utilitarista (“trabajo más y mejor si me pagan más”) es otro elemento que me parece importante considerar para sugerir que se reproduzcan los programas educativos micro a gran escala. Lee el artículo completo aquí.